Freír un huevo puede parecer una tarea sencilla, pero lograr que quede perfecto sin salpicaduras de aceite es todo un arte. Algunas personas tienen una habilidad especial para cascar los huevos directamente sobre la sartén con aceite caliente sin problemas. Sin embargo, si eres de los que siempre terminan con quemaduras por las salpicaduras, este truco te será muy útil.

El secreto está en cascar el huevo en un vaso antes de verterlo en la sartén. De esta manera, los bordes del vaso actúan como una barrera de protección contra el aceite caliente, reduciendo el riesgo de quemaduras y evitando que la yema se rompa en el proceso.

Además, este método permite un mayor control al verter el huevo, lo que ayuda a que se cocine de manera uniforme y con una textura más apetecible. Si quieres mejorar aún más el resultado, prueba a añadir una pizca de sal antes de freírlo o a utilizar aceite de oliva virgen extra para potenciar su sabor.

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