El amor tiene fama de ser dulce, aunque a veces nos dé tragos amargos. ¿Qué mejor forma de celebrar el día de los enamorados que con un desayuno especial para toda la familia, lleno de miel, fresas y chocolate?
Este bizcocho lo tiene todo: es esponjoso, dulce y perfecto para compartir. Para prepararlo, necesitaremos:
Preparación del bizcocho:
Precalentamos el horno a 180 grados. Mezclamos el aceite, la miel, los huevos, la harina, el zumo del limón y los dos sobres de levadura. Batimos hasta obtener una masa homogénea y la vertemos en dos moldes: uno circular y otro cuadrado.
Horneamos durante 30 minutos. Si no caben ambos moldes en el horno, horneamos primero uno y luego el otro. Para comprobar si están listos, pinchamos con un cuchillo: si sale limpio, el bizcocho está hecho.
Preparación de la mermelada de fresas:
Mientras se hornea el bizcocho, lavamos y cortamos las fresas. Las colocamos en un cazo con un poco de agua y azúcar, ajustando la cantidad según queramos una mermelada más o menos espesa. Cocinamos a fuego lento hasta que el agua se reduzca y la mezcla adquiera la textura deseada.
Montaje del bizcocho en forma de corazón:
Colocamos el bizcocho cuadrado en posición de rombo. Cortamos el redondo por la mitad y lo situamos en la parte superior para formar un corazón. Ajustamos los bordes si es necesario.
Cortamos el bizcocho por la mitad y lo rellenamos con la mermelada de fresas. Si hay alguien en casa que no disfruta de la mermelada, podemos dejar una parte sin rellenar.
Cobertura de chocolate:
Derretimos chocolate negro de cobertura al baño María y cubrimos el bizcocho con cuidado, asegurándonos de que las uniones queden bien disimuladas.
Cuando el chocolate se endurezca, podemos decorar el bizcocho con frutas, virutas de chocolate o cualquier otro detalle especial. ¡Será una sorpresa deliciosa para quienes más queremos!