Si ya te cuesta que tus hijos se vayan a la cama, el cambio de horario puede hacer que esta tarea sea aún más difícil. Aquí te damos algunos consejos para mejorar la rutina del sueño infantil y ayudar a que descansen mejor:
Refuerza las rutinas: Mantén horarios regulares para el baño, la merienda y la cena.
Fomenta la actividad física: Hacer ejercicio durante el día ayuda a que los niños lleguen cansados a la cama, pero evita que estén demasiado agotados o nerviosos.
Cuida la alimentación nocturna: Evita cenas copiosas y alimentos con alto contenido de azúcar, ya que pueden dificultar el sueño.
Establece un ambiente relajante: Leer un cuento, escuchar música suave o tomar un baño antes de dormir puede ayudar a calmar a los niños. Evita pantallas como televisión, tabletas o videojuegos antes de acostarse, ya que pueden sobreestimularlos.
Controla la iluminación y el ruido: Oscurecer la habitación y reducir los sonidos ambientales favorece un descanso más profundo.
Ajusta gradualmente el horario de sueño: Si hay un cambio de horario, adelanta la hora de acostarse poco a poco para que la transición sea más fácil.
Evita que la cama sea un castigo: Es importante que los niños asocien la cama con un lugar de descanso y no con una reprimenda.
Elimina distracciones: Mantén la habitación libre de elementos que puedan interrumpir el sueño, como televisores o juguetes llamativos.
Con paciencia y constancia, lograrás que tu hijo tenga un descanso reparador y saludable.