Iván Santacruz: la vida está llena de magia
Iván Santacruz irradia magia y buen humor. Su risa contagiosa se extiende como la pólvora por el auditorio y sus trucos mantienen fascinados a grandes y pequeños. Nuestro mago sorprende a los turistas y ciudadanos de Micrópolix con cada actuación. Pero no es de extrañar, porque está convencido de que hay mucha magia en la vida y ese es el mensaje que nos transmite. Sólo tenemos que sentirla sin perder nunca la ilusión.
¿Cómo descubriste que de mayor querías ser mago?
Desde pequeño siempre he tenido curiosidad por la magia. Siempre que veía un mago en la tele me paraba a verlo. Y el primer juego de magia me lo hizo mi abuelo cuando yo era pequeño. Nunca pensé que fuera a ser mi profesión. Un buen día descubrí este maravilloso mundo, por casualidades de la vida, la sociedad de magia, los magos, actuaciones, shows, y lo que empezó siendo un hobby se ha convertido en mi profesión casi sin quererlo. Porque esto empieza siendo un hobby, y poco a poco, con constancia, ensayo y mucho trabajo, tuve la suerte de que se convirtió en un modo de vida. Ya que ser Mago no es solo un modo de ganarse la vida, es, sobre todo, una forma de vida.
Tienes un currículum espectacular. ¿Es un camino muy difícil el que has recorrido hasta hacerte un nombre en el mundillo de la magia?
Si, así es. No es solo que sea difícil, si no la constancia. Hay que ser constante y paciente, y trabajar mucho en casa, ensayando, estudiando, preparándose, etc. Y si esto lo cumples, todo llega. Ya que la competencia es grande, somos muchos magos, cada uno con su estilo y su forma de ver la magia. Pero siempre hay que intentar destacarse por algo distinto y original. Y hasta llegar a ello es un camino largo y difícil, con muchos fracasos, y gracias a ellos, y a saber seguir adelante, el éxito está asegurado.
Entre los tipos de magia que dominas, de cerca, de calle, de escena, la que más te atrae es la magia infantil ¿Por qué te fascina tanto?
La magia infantil es fascinante. Las satisfacciones que obtienes encima del escenario haciendo magia para los niños son enormes. Es también, bajo mi punto de vista, la rama de la magia más difícil de presentar en escena. No por la magia ni los números, ni siquiera por la técnica, es mas por el control de la atención de los niños, la diversión que imprimes, el ritmo, la estética, la puesta en escena, el personaje, etc. Los niños necesitan actividad y que no se aburran. Si aburres a los niños estas perdido.Aunque también me fascina la cartomagia. Yo empecé haciendo magia con cartas, y aun sigo haciéndolo en diferentes shows, y la potencia mágica que consigues con una baraja a muy pocos centímetros es sobrenatural.
¿Qué crees que es más importante para triunfar ante el público infantil: la puesta en escena o la calidad del truco?
La puesta en escena sin lugar a dudas. Como decía antes, la dificultad y el éxito en un show infantil no está en la magia o en la técnica, está en cómo lo presentas en el escenario.Me gusta presentar juegos potentes y magia original, pero me centro principalmente en la presentación y la puesta en escena. Un “simple” efecto de magia, como la desaparición de un pañuelo en el puño del mago, se puede convertir en numero supervisual, con mucho desarrollo y muy divertido, donde el niño no para de reír y están pasando cosas cómicas durante todo el rato, si sabes cómo presentarlo bien.
¿Crees en la magia?
¡¡Absolutamente!! La magia está presente en todas nuestras vidas. Hay momentos mágicos que están presentes y que vivimos, todos, como algo mágico. El nacimiento de un niño, un viaje, sensaciones y emociones, y, algo muy curioso, las casualidades…las casualidades no existen… ¡es magia!
¿Alguna vez te has encontrado en aprietos ante el público? ¿Cómo lograste salir del apuro?
¡Infinidad de veces! Y gracias a ello se aprende, se mejora, y se adquiere experiencia. Son fundamentales los errores en un show de magia. Te hacen pensar que es lo que ha fallado, por qué, en donde se puede corregir y mejorar, etc. Y se logra salir del apuro con la experiencia que te dan las tablas y los conocimientos que tienes de la Magia. Ya que jugamos con la baza de que el público no sabe que va a pasar, con lo cual, si hay algún aprieto, gracias a esa experiencia y conocimiento, corregimos sobre la marcha, solucionamos y buscamos una salida alternativa, para que el público no se de cuenta de que ha habido un error, que es lo más importante. Y siempre hay un plan de contingencia, valoramos donde puede haber un error y tenemos ya preparadas varias salidas para ello.
¿Qué aconsejarías a los niños que quieren seguir tus pasos?
¡Adelante! Es un mundo maravilloso. Además ayuda mucho a los niños con timidez o retraídos, ya que el hablar en público ayuda mucho para vencer esos miedos. Es muy bueno para la psicomotricidad. Y gracias a los ensayos es perfecto para potenciar la calma, la paciencia y la constancia. Y por supuesto potencia la creatividad y la imaginación. Es un consejo más para los papás, que animen a sus hijos si viene diciendo que quieren aprender magia.Y para los niños, que tengan una buena afición, que vayan a una escuela, que lean libros de magia, que ensayen mucho y, sobre todo, que se lo pasen muy bien haciendo magia.
Además de mago, eres profesor de la Escuela de Magia de Ana Tamariz, ¿Qué asignatura impartes? ¿Puedes contarnos alguna anécdota?
Ser profesor de La Gran Escuela de Magia Ana Tamariz y fascinante. Compartir tus conocimientos con gente que está entusiasmada con la magia es fantástico. Y se aprende muchísimo dando clase.Tenemos un temario y cada día damos una cosa distinta. Principalmente imparto cartomagia, pero también hacemos clases especiales de magia infantil.Anécdotas hay miles, cada clase es una aventura. Pero a mí me parece fascinante quien viene a las clases y por qué. Desde niños hasta adultos, gente que sale de su trabajo en un banco o una oficina y se vienen a las clases de magia con unas ganas locas. Niños que te preguntan al final del show donde pueden aprender y van corriendo a contárselo a sus papas y al tiempo le encuentras en la escuela y tú eres su profesor. ¡Es maravilloso!