Los niños tienen acceso a las nuevas tecnologías desde edades tempranas. En casa, en el colegio y en su entorno, el mundo digital forma parte de su día a día. Han crecido con Internet y dominan la red con naturalidad. Sin embargo, es fundamental que los padres supervisen su uso y les enseñen a navegar de forma segura.

Educar a los niños en el uso responsable de Internet es clave para evitar riesgos como el ciberacoso, el acceso a contenido inapropiado o el contacto con desconocidos. Para ayudarte, hemos desarrollado un decálogo con consejos prácticos para garantizar una navegación segura.

• Lo que no está bien en la vida real, tampoco lo está en Internet. Si fomentamos una buena educación en el mundo offline, debemos replicarla en el mundo online.
• Antes de compartir información personal en una web o aplicación, los niños deben consultarlo con sus padres. Es importante enseñarles a ser prudentes con sus datos.
• Las amistades en Internet deben tratarse con precaución. Si un desconocido quiere quedar con tu hijo, es recomendable que no acuda solo y que los padres evalúen la situación.
• El sentido común es clave en Internet. Si algo les hace sentir incómodos, deben ignorar, bloquear o evitar cualquier contacto con esa persona.
• Los chats pueden ser peligrosos. Es importante que los niños elijan un nombre de usuario seguro, confíen en sus padres para contarles cualquier situación extraña y sepan cómo guardar conversaciones en caso de necesitar denunciar.
• Interésate por las páginas que visitan. Pregunta qué sitios frecuentan y qué plataformas utilizan para chatear. Así podrás aconsejarles sobre contenido adecuado para su edad.
• Las redes sociales requieren supervisión. Pregunta qué redes usan, qué contenido comparten y con quién interactúan. Esto te permitirá orientarles sobre un uso responsable.
• Enseñar a los niños a aplicar las normas de educación y seguridad en Internet les ayudará a gestionar ambos mundos de forma responsable y segura.

La educación digital es una tarea compartida entre padres e hijos. Con comunicación, confianza y supervisión, podemos garantizar que los niños disfruten de Internet de manera segura y responsable.